jueves, 7 de mayo de 2015

LOS OTROS



Recordando la laureada película de Alejandro Amenabar Los Otros protagonizada por Nicole kidman, nos pasea brillantemente por entradas y salidas  a distintas habitaciones en penumbras para posteriormente quedar cerradas con la instrucción precisa de prohibido abrir, de ventanas tapadas con espesas cortinas impidiendo el paso de luz. Situaciones que evocan conductas similares de nuestra vida a las cuales  no queremos regresar, posiblemente por dolorosas,  y solo a veces  para descubrir que  los otros  no habitan en el exterior  sino que forman parte y se convierten en  una compañía  que pocos  queremos ver y muchos nos esforzamos en señalar.

Alimentamos  la idea de que los seres humanos que nos vamos encontrando en el camino y de muchos que se involucran en nuestra vida,  contienen en si mismos una serie de fallas de fábrica  que nosotros  no poseemos. Nos resulta sencillo resaltar los defectos de los otros,  y mientras lo hacemos nos invade un aire de absoluta superioridad que nos coloca  en vuelo directo al Olímpo sentados al lado del mismo Zeus con el cartel adicional que reza "yo no soy así", "no tengo ningún parecido con ese o esa". Frase esta que se convierte en juicio y nos garantiza  el no escudriñarnos y realizar el trabajo que nos corresponde y que no es otro que  el de revisar nuestras propias  carencias, miserias y fantasmas que cohabitan en cada uno  y que muchas veces nos hace formar parte de una mayoría que nada tiene que ver con los otros.

El llevar adelante el trabajo de reconocernos y aceptarnos tal cual somos, comprende varios elementos. Validar y respetar las experiencias, referencias  y creencias que sustentan determinadas conductas, permitirnos entrar en espacios internos propios que muchas veces hemos blindado y que el otro nos muestra, por ultimo anteponer esa condición humana que preserva el derecho a lo distinto sin que ello signifique riegos.

Sabemos que no es sencillo, culturalmente se nos refuerza a dejar de lado lo que no se parece, lo que no indica similitudes, coincidencias, inclusive muchas veces se descalifica y se intimida sin mediar. 

Debemos preguntarnos cuanta disposición tenemos a una comprensión o a una lectura distinta de lo que nos refleja el otro, que genere coherencia y entendimiento hacia una convivencia con matices y con aportes que sustenten un crecimiento y nos nutra como sociedad.


 





@accristina7
@macgenta7
macgenta7@gmail.com






lunes, 20 de abril de 2015

IRSE O ABANDONAR EL PAIS???




EL PUNTO NO ES IRSE DEL PAÍS, EL PUNTO ES DESDE DONDE TE VAS Y QUE TE LLEVAS EN EL EQUIPAJE.

Hago esta REFLEXION porque una vez que expresé esto en una red social se creó un debate entre desconocidos, amigos y familiares que se han ido, algunos que en la actualidad tramitan la partida, otros que la están considerando y unos que aún no la consideran o se niegan a ella.
Nada más lejos de pretender cuestionar las razones de los que han tomado la difícil y dolorosa decisión de residir en tierras extranjeras. Por el contrario respeto y valido profundamente las razones que respaldan esa decisión. Como venezolana y madre que aún vive en el país y ha experimentado la angustia del regreso de un hijo víctima de un secuestro express con lo que ello implica, y de sentirme muchas veces como ciudadana de segunda, creo conocer suficiente el país que habito.

El concepto de emigración según la real academia española, conjunto de habitantes de un país que trasladan su domicilio a otro  por tiempo ilimitado o temporalmente, bien por asuntos económicos o sociales. Y  fíjense, para esta humilde servidora, irse o abandonar el país reviste en la mente y en la emocionalidad una diferencia. Y bien los expresan en su sentir los que salieron del país antes del año 1998 y los que lo han venido haciendo posteriormente al día de hoy. Para los primeros, experimentan un sentir de haberse ido por crecimiento, evolución. Para los segundos hay un sentir de haber abandonado. Con su parte física habitando en otras tierras pero con la mente y el corazón arrugado habitando aun dentro de los límites de esta nación, pegados a las noticias, extrañando, deseando, añorando que suceda algo que los haga regresar.
Abandonar conlleva una mezcla, por un lado la sensación de dejar desamparado a alguien o algo y por otra la de dejar y apartarse de lo que no sirve de lo que ya no funciona, aunque distintas, ambas implican transitar un proceso de dolor, vacíos y desencuentros, repito respetando las motivaciones.

Ahora lo rudo. Si la partida la sustento en que lo que dejo no tiene salidas para mí, sin determinar, comprender y codificar internamente la responsabilidad individual y colectiva por acción u omisión de lo que acontece en mi entorno, el equipaje estará lleno de grandes frustraciones, de puertas entreabiertas y de miradas continuas al pasado que muchas veces dificultan cualquier comienzo. No creo que el país se nos haya extraviado, creo que como individuos y parte de este colectivo fuimos y seguimos cediendo espacios, por lo que decidimos creer, por las propuestas que decidimos comprar y por la búsqueda frecuente y a veces insaciable de soluciones basadas en la inmediatez, y de eso,  estimadas y estimados somos responsables. Los problemas de nuestro país y su gente no vienen importados de Neptuno, son criollos y se han gestado aquí, basados en años de indiferencia y apatía.

Extrañamos el país anterior SI, pero no basta con quedarse en el extrañar aunque duela, aunque carcoma y muchas veces congele el corazón, porque Venezuela no volverá ser la misma, será una Venezuela distinta. Es momento de ocuparse, de construir lo nuevo y reconstruir desde las cenizas lo que valga la pena rescatar. Con responsabilidad, compromiso y con IDENTIFICACIÓN hacia el país; de sumar, de resaltar lo bueno venga de donde venga, de DETENER esa locura enfermiza e incesante de resaltar solo lo malo que sucede. Me niego a formar parte solo de las noticias sombrías, no las ignoro. Requerimos del esfuerzo de todos, del sentir de mentes brillantes y voluntades de hierro paridos en esta tierra, que la amen y se apasionen por ella. Otros países desde panoramas más oscuros y devastadores se han convertido en grandes naciones, porque no permitirnos desear, ambicionar, soñar y trabajar esto para Venezuela. UN PAÍS NUNCA BAJA LA SANTAMARIA.
Fácil no creo que sea, rápido tampoco. Pero debemos comenzar. SINO ES AHORA CUANDO???

@accristina7
@acmacgenta7